Burbuja personal
Caminé al lado de esa línea amarilla, me desplacé hacia la izquierda. Perdí el equilibrio, traté de agarrarme de algo, pero no encontré nada. Miré para poner los pies en la parte que yo pensaba que era menos peligrosa. Pude controlar mi cuerpo y caer de pie en el cemento. Se acerca un señor con uniforme amarrillo y empieza a mover algo para tratar de sacarme. Me pide que tenga cuidado en no doblar los dedos y me pone un especie de guante metálico. En ese momento pasó algo muy rápido por el lado mío y tuvo que correrse, con un movimiento brusco, para no aplastarme. Logré salir de ese hoyo. Nadie, de los ahí presentes, se enteró de lo ocurrido.
Cuando estaba donde debería haber estado siempre, una señora me dijo “bebe a bordo”. Yo ya me había dado cuenta y le pregunté si quería sentarse. No, ella solo quería que la gente tuviera cuidado con su barriga. Entendí toda su preocupación. El resto estaba abstraído del entorno. Logré poner mi mano entre un señor y ella, apoyándome en la puerta. Salimos y tratando de ayudarla nos despedimos. La busqué y la vi, pero nunca supe sí logró sentarse.
Después de un descanso tuve que volver. Pensé que sería peor, pero todo estaba bien. No había que cantar victoria tan rápido. Bajando, vi a una señora mirando hacia abajo con las manos aleteando tratando de buscar un apoyo. Tal como yo lo hice antes de caer. Ella también daba manotazos al aire, y yo no quería que se cayera. Le pregunté si se sentía bien y no fue capaz de responderme. Seguía con la mirada en sus pies, pero se esforzaba para verme o decirme que no, que se sentía mal y que no lograba bajar por sí sola. Le agarré el brazo y sentí su falta de fuerza. Tuve que agarrarla poniendo mi otro brazo dando una vuelta por su espalda. Traté de contenerla, le pedí incluso ayuda a un señor que miró con total indiferencia. Lo logramos. Pudimos llegar y por fin pude verle la cara. Mostraba una debilidad increíble. Yo ya no podía hacer nada más por ella. Le pregunté como estaba, le dije que se quedara ahí y que tomara aire. La gente me empujaba y tuve que moverme. Me quedé tranquila porque se acercó un él a ayudarla y parecía que algo entendía.

6 Comments:
El drama de todos los putos días.
La indiferencia es algo q se presenta de tantas formas. Me ha tocado toparme cn un par o más quizas de sus manifestaciones, y no hace más q herir.
¿Habrá que pagar la indiferencia con indiferecia?
Pez un beso
gracias!
J.M.
Ha sido un placer, ya te lo dije.
Eeella, con su espíritu tan servicial, San Pez, jajaja.
Pta, te hecho de menos zorra, necesito una junta urgente!!, necesito una dosis triple de cariño del curso feliz, ESTA SITUACIÓN ME SUPERA COMPLETAMENTE, mi psiquiatra me dijo que tenia que controlar mis ataques de dependencia, pero te juro que no puedooooo, llorarééééé.
Bueno, ay, deja respirar profundo para seguir escribiendo, ya te dije que nadie te reemplaza zorra, ni si quiera el shikillo aquel que se hace el lindo y es jote...
Tequierotequierotequierotequierotequierotequierotequierotequierotequiero!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Te amo con todo mi (L) Pescaditoo!!!!!!!!!!!
Besos.
La trabajadora social. (aaa como estuvo esa? jaja)
pheeeeeey!!, saludoz pez, me agrada lo q' escribiste, imagine un par de cosas, yo creo q' esta volviendo tu toque antiguo ono?¿
abrazoo!
bless!
pecesito te extraño, estamos tanb cerca y no nos vemos nunca :(
te adoro igual, aunque sufras en el metro (como muchos, no te aconsejo la linea 5 hacia vicente valdés a a las 6).
saludos
z
Doble click para ingresar a la red. Pelotu...., ingreso. Llevo el mouse hacia la derecha, pincho en pez y bajón: nada nuevo. Me despido un tiempo de este mundo tan moderno producto de la globalización, lo vuelvo a saludar, y ya hay publicado tres escritos! como es la cosa...parece que el mundo avanza a mayor velocidad que yo (literalmente)
Besos enpotenciados.
La artissshta(toma Camila!)
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