En la micro....
Me subí a la micro y pedí el asiento que me correspondía. Sentí que alguien se sentaba al lado mío. Pregunté donde estábamos y me enteré que recién habíamos llegado a Bilbao. Sentí que el resto de los pasajeros comenzaba a alegar y no logré entender muy bien el por qué. Había mucho ruido, la micro se paró y se escuchó un “hasta aquí no más llegamos”. Con eso me quebraron todos los esquemas, tuve que nadar con mis manos para tratar de agarrarme de algo. Escuché una voz que me decía “¿te ayudo?”. Como estaba todo oscuro, la esperé, bajamos cuidadosamente esos escalones que tanto odio y ella me tomaba del brazo y me hablaba. Me llevó a la micro que estaba recogiendo a los desafortunados. Me ayudó a subir y ella misma se preocupó de que me dieran el asiento que me correspondía.
Necesitaba saber donde estaba y ella me orientó (lo poco que podía). Estábamos llegando a Vespucio. Pero yo tenía que bajarme un poco más allá, ella me dijo amablemente que me avisaría cuando llegáramos a Manquehue. Bajé de la micro, lo extendí y me fui a mi destino.
3 Comments:
genial no?
y si tuviera un pez
y si tuviera un gusano
quiero un avión para volar
te quiero
me quedo con el pez
besos!!!!!
esa historia me suena a una ciega jajaajjaja me pa prestas pa hacer un korto?? jajajajajjaa!!!
Cobro derechos de autor....
Publicar un comentario
<< Home