Viaje al Sur (capítulo V)
Al despertarse seguía lloviendo, pero al pasar de algunas horas comenzó a despejarse y era el momento de partir. Sabían que a esa hora no pasaban autos, porque estaban al comienzo del camino y la barcaza no llegaba hasta las 21.00, pero no querían retrasar más el viaje. Salieron al camino y se separaron en tres grupos. Pasaron tres autos en sentido contrario que después se devolvieron recogiéndolos de a poco según como habían partido. Los dejó al lado del sendero de la laguna tronador. Ahí, esperando juntarse todos, conocieron a un alemán que viajaba con su perro en una Toyota. Él compartió con ellos un poco de su viaje (mostrándoles mapas de las islas chicas de Chiloé, por donde había pasado en su kayak), de su país y su política y de su trabajo en Paraguay como profesor de étnias. Después de ese intercambio de información, muy interesante para todos, se fueron a instalar al próximo camping.
Al llegar ahí, se encontraron con un espacio mínimo, donde sólo cabían cinco carpas y un baño y ese era todo el camping. Cocinaron y se durmieron temprano.
Al día siguiente fueron a subir el sendero para llegar a la laguna tronador. El sendero duraba tres horas, el camino era muy empinado y estaba muy barroso por las lluvias anteriores. Las energías no eran las mismas con las que se habían comenzado el viaje y el cansancio acumulado se hacía notar sin pudor.
Llegaron a una laguna linda, después de un camino lindo, pero con una playa de cinco por cuatro metros. Descansaron ahí varias horas y dos de ellos se bañaron. Había que devolverse porque intentarían esa misma tarde llegar a Chaitén.
Saliendo del sendero se encontraron con un bus que estaba haciendo un tour a gente de la tercera edad que saldría a Chiatén en unos 45min. Corrieron a desarmar todo y a esperar con fe a que los viejitos y el guía accedieran a llevarlos, porque anteriormente sólo habían hablado con los choferes que les prometieron parar, cuando los vieran, para avisarles la decisión.
El bus paró y metieron sus mochilas rápidamente. Subieron y los abuelos los saludaron amablemente. Como el bus iba hasta la mitad ellos se pudieron ir cómodamente sentados en los asientos de más atrás. Al llegar a Chaiten trataron de conseguirse donde dormir y terminaron en el patio de una casa. Armaron la carpa y se fueron a comer.
Lo único que querían era comer comida chatarra y en abundancia y así fue. Cada uno pidió una gran porción de lo que más le gustaba en un negocio de comida rápida y compraron coca-cola para todos. Volvieron a la carpa, después de un pequeño paseo por la playa, y se rieron toda la noche con todos sintiendo cosas distintas.
2 Comments:
uhhmmm ke larga historia me prestas el guion dsp ? jajajajaja....
saludos.
naxa
ahh se me olvidaba hay una foto mega filete..felicito a la fotografA ke la tomo porke TIENE ke haber sido una mujer...
mhmhmh....
ya eso era....importante detalle ke se olvidaba.
xau
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