alistarse, listos...ya!!!!!: Viaje al Sur (capítulo VI)

13.3.08

Viaje al Sur (capítulo VI)

Querían ir al Parque Nacional Queulat donde hay un ventisquero del que habían escuchado. Salieron lo antes que pudieron del patio de la señora en busca de información y medios de transportes. Las horas fueron pasando y pasando. Se instalaron en una cafetería/hospedaje y desde ahí salían grupos a hacer sus averiguaciones. Dos de ellos, Sole y Fran, fueron a la radio de Chiten a ofrecer algo de plata a cambio de llevarlos en un camión o flete hasta allá. Después, Sole nuevamente, pero esta vez acompañada por Sofi, fueron a donde los carabineros, alcalde y donde un señor dueño de un camión que las invitó a almorzar un pescado con papas que el resto de los integrantes envidió enormemente. Finalmente encontraron a un camión que iría hacia allá, pero tenía que descargar antes. Se juntarían a las tres de la tarde en el paradero después del puente y la curva. Fueron hacia allá y comenzó a llover. Todavía tenían tiempo de pensarlo mejor. No sabían como estarían los siguientes días y el ventisquero no se ve cuando está nublado, pero lo más determinante es que no tenían vuelta segura y no podían perder los pasajes del transfer que tenían para Chiloé. Decidieron quedarse y no sabían donde dormir. Fueron donde los carabineros para ver que podían hacer. Terminaron durmiendo en la sala de profesores de una escuela básica, construida hace poco. Tenían mesa grande, sillones, televisión y lo más importante es que no hacía frío ni se mojaban. Ya que estaban ahí querían disfrutarlo y cocinaron comida un poco más decente. Compraron salchichas, cebolla, huevos y tomate y todo eso lo acompañaron con el arroz que llevaban quedando todos llenísimos.

Tenían que hacer algo que supliera, en menor grado, la pérdida del día anterior. Decidieron ir a Las Termas del Amarillo a 30km de Chaitén. Para allá partieron. Al mismo paradero que los protegió de la lluvia varias horas. Al lado de ese paradero había un pequeño cementerio. Esperando, algunas, se fueron a dar una vuelta y mientras estaban en eso fueron llamadas por los compañeros. Tenían suerte. Una camioneta iba para allá y se llevaba todas las mochilas más cuatro personas. Los cinco que quedaban esperaron un buen rato hasta que aparece York. El Alemán que se habían encontrado hace tres días estaba en Chaitén. Les preguntó a donde iban y se llevó a tres hasta las termas. Este señor era una persona atractiva y muy interesante. En el viaje con él se fueron hablando de políticas, educación, mapuches, Alemania, entre muchos otros. Él les decía que encontraba maravilloso haber llegado a estos temas. Al llegar a las termas el Alemán le propone ir al Sur el próximo año y subir con él.

Solo quedaban dos en el paradero y no fue difícil que llegaran a las termas.

Que relajante fue ese baño en aguas termales y en ese barro que terminó con una huida por un sapo muerto que estaba afuera y había entrado a la piscina. Esa noche fue de risas descaradas después de una rica comida (Tallarines con jurel y salsa de tomate).