Entre Luces y Oscuridad

Las luces me encandilaban y entremedio apareció una figura de la que sólo pude ver la silueta. Al parecer, cuando se percató de mi presencia salió corriendo. Yo quise seguirla y salí corriendo atrás, pero las luces no me dejaban ver a más de dos metros de mi. Al fin encontré una pieza oscura y sentí que alguien estaba ahí conmigo. No me moví, cerré los ojos porque con esa perfecta oscuridad veía menos aún. Con los párpados abajo sentí que alguien acercaba su respiración, sentí que había más calor rodeándome. Me tomó una mano, me agarró desde atrás por mi cintura apoyando su cabeza entre mi hombro y mi cuello. El calor que me rodeaba aumentó y sentí como si conociera esa energía que me inundaba de tranquilidad y de emociones que no había sentido y que no entendía por qué, de dónde, para qué, cómo, quién. Pero ya eso no importaba, eso era un detalle, podría no saberlo nunca bajo la condición de que se quedara ahí conmigo, aquí conmigo.

Tenerte tan cerca y no poder hacer nada

Tenerte tan cerca y no poder hacer nada

Mirarte de reojo o a tus espaldas

Sentir una frontera entre tú y yo

Y pensar que así todo para ti está mejor

Y yo sigo aquí sin saber hacia donde ir

Caminar en círculos hasta encontrarte

O seguir la carretera que me lleva a otra parte

Y siento que estoy en un lugar

Donde quizás en estos momentos no debiera estar

Y que la vida ahora no nos puede juntar

Cuando te abrazo y quiero sentir algo más

Tu respuesta es tan sólo de amistad

Y entiendo tu nueva tranquilidad

Pero me gustaría estar allá

Y yo sigo aquí sin saber hacia donde ir

Caminar en círculos hasta encontrarte

O seguir la carretera que me lleva a otra parte

Y siento que estoy en un lugar

Donde quizás en estos momentos no debiera estar

Y que la vida ahora no nos puede juntar

Salida de Emergencia

Hoy entendí que la vida sigue igual

Cuando estás o cuando te vas

Pero mi risa está vacía

La Radio encendida sin sonar

Quiero escapar, quiero escapar

Peor no hay otro lugar

Quiero escapar, quiero escapar

Pero no hay nada más

Cuando te vi parado ahí

Presentí que era el fin

Pero mi garganta está apretada

Mi estómago vacío y sigo acá

Quiero escapar, quiero escapar

Peor no hay otro lugar

Quiero escapar, quiero escapar

Pero no hay nada más

Ahora sé que no hay nada más

Que encender o que apagar

Pero mi mano está helada

Mis labios están secos con la sal

Quiero escapar, quiero escapar

Cuando te veo pasar

Quiero escapar, quiero escapar

Peor no hay otro lugar

Quiero escapar, quiero escapar

Cuando miro para atrás

Quiero escapar, quiero escapar

Pero no hay nada más

La espera bajo la lluvia

Ella lo espera donde siempre. Pero lo distinto es que hoy llueve y lamentablemente se le quedó el paragua en la casa. Siempre es la misma esquina, el mismo señor del kiosko, los mismos vendedores de rollos de papel para los taxis y los súper 8. Logró meterse bajo las terrazas de un edificio donde no le llegaba agua y esperó ahí pacientemente. Él se demoró más de lo normal, pero siguió tranquila esperando.

Ya llevaba 1 hora de retraso. Lo llamó al celular y contestó su hermana diciéndole que el celular se le había quedado en la casa, por lo que decide seguir esperando un poco más, pero sólo media hora, luego se iría indignada. Mientras esperaba pasa una ambulancia una luz roja abriéndose camino ente los autos con su bocina y su sirena. Siguió esperando y en eso pasaron dos señoras horrorizadas conversando del accidente. Una moto había perdido el control con la lluvia, se dio vueltas en el suelo y luego el hombre se había dado contra un camión. No sabían si seguía vivo. Se le apretaron todas las vísceras. Él iba todos los días en su moto a verla y la demora no era usual. El llanto fue instantáneo e incontrolable y salió corriendo en dirección al accidente. Al acercarse no logró ver nada, pues el tumulto de gente tapaba todo y sólo vio las luces de los carabineros, la ambulancia a unos metros y el camión de carga con una abolladura en la parte de adelante. Corrió a encontrarse con lo peor y vio un casco tirado lejos. No lo reconoció, vio la moto y tampoco era su moto. Respiró prefundo, el llanto se calmó y se fue para atrás, hacia la vereda. Miró hacia la derecha y él venía caminando. Él le dio un beso y le pidió perdón por el atraso explicándole que había preferido irse en micro, y que por el accidente habían cortado el tránsito y había preferido caminar. Las excusas le dieron lo mismo, sólo lo abrazó.

Cuando las luces aparecieron y creía que todo se iba a acabar y que todo iba a empezar, cuando ese ruido estrepitoso movía con sus ondas mi ropa, apareció ahí. Yo trataba de mirar pasando desapercibida. Trataba de salir, de entrar, de moverme y las cadenas en mis brazos y piernas apretaban más que nunca. Cada vez que intentaba hablar mi voz no salía, sin embargo y pese a todo. no quería que me sacaran, prefería mirar a la distancia con el estómago contraído.