alistarse, listos...ya!!!!!: 03.07

9.3.07

Martina Barros Borgoña: (1850-1941)

"Se ha dicho y se repite mucho que no estamos preparadas para esto... Sin preparación alguna se nos entrega al matrimonio para ser madres, que es el más grande de nuestros deberes, y para eso ni la iglesia, ni la ley, ni los padres, ni el marido, nos exige otra cosa que la voluntad de aceptarlo".



Elena Caffarena: (1903-2003)

El carácter de esta vanguardista mujer quedó en claro cuando lideró en los años 20 una protesta estudiantil que incluyó la ocupación de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Fundadora en 1937 del Movimiento pro Emancipación de la Mujer chilena (Memch), tras el Primer Congreso de la Mujer chilena, una de sus luchas más legendarias fue por el voto femenino, que le llevó casi veinte años hasta que se aprobó la ley, en 1949. Elena Caffarena fue una de las redactoras del cuerpo legal pero, paradójicamente, no fue invitada a la ceremonia de promulgación por parte del entonces presidente Gabriel González Videla, celebrada con gran ostentación en el Teatro Municipal de Santiago. Tres días después del acto, González Videla dictó la Ley de Defensa de la Democracia, popularizada como \\\"ley maldita\\\", porque proscribió todas las actividades del Partido Comunista, y la líder feminista fue acusada de comunista, falsamente, pues nunca se afilió a partido alguno. Al igual que las y los miembros de ese partido, fue privada de sus derechos cívicos y electorales, lo que no le impidió desplegar numerosas acciones de defensa y solidaridad con quienes sufrieron una persecución más dura, con cárcel y relegación (exilio interno) en remotos poblados. Las legendarias luchas que encabezó cristalizaron también en otras leyes, como el derecho a alimentos de toda mujer casada, todo ello en medio de ataques de los sectores conservadores, que calificaban sus proyectos como \\\"pretensiones de un cerebro enfermizo y desquiciado\\\". La igualdad de las mujeres en la educación, el trabajo, la protección maternal, el derecho a \\\"casas-cuna\\\" para las madres trabajadoras, desayuno escolar para los niños pobres y la plena participación política de las mujeres se cuentan entre sus conquistas. \\\"Yo me convertí en feminista porque soy femenina, porque me identifico con mis hermanas las mujeres. Y sobre todo porque creo en la Justicia\\\", sentenció esta mujer de familia aristocrática, que octogenaria, en los años 80, dio todavía una batalla en defensa de los derechos humanos, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Su casa de la calle Seminario, en el residencial barrio de Providencia, en Santiago de Chile, se convirtió en un lugar clandestino de reuniones de mujeres víctimas de la represión y fue una de las fundadoras del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (Codepu).