23.12.06
12.12.06
De luto
Todo comenzó con una llamada por teléfono que me despertó. “¡¡¡Se murió el tata!!!!”. Como es de suponer salté de la cama y empecé a convencer a mis padres para poder ir a Plaza Italia. Finalmente logré ir con la compañía de Patito de ule y un Unga maraco a “protestar” porque el viejo se murió sin ser procesado.
Llegamos y divisamos unos grupos islas de gente que bailaba con diferentes músicas. Salimos en busca de dos compañeros y nos introdujimos un poco. Dentro de bailes y gritos se escuchó un “¡vamos a La Moneda!”. La masa comenzó a moverse y llegando al palacio de gobierno aparecen chorros de agua, eran los queridos guanacos. Estaban a cierta distancia de nosotros y solo retrocedimos unos cinco o tal vez diez metro. Hasta que de repente alguien grita…. “¡¡¡¡¡¡lacrimógenas!!!!!!!”. No se cómo, porque inteligentemente iba con hawaianas, comencé a correr…comenzamos a correr, y nos metimos por unas calles chicas mientras empezábamos a sentir algunos efectos como la picazón en la garganta y en los ojos, las lágrimas y la caída de moscos. Como buena inexperta y primeriza (para no decir idiota) yo me rascaba los ojos hasta que mi gran amiga Patito de ule me dice que eso no se hace (después de unos dos minutos, ustedes entenderán que ya era un poco tarde). En fin, los efectos comenzaron a pasar y fuimos tranquilamente caminando hasta Plaza Italia.
Volví a casa sana y salva, un poco tarde sí, pero papá y mamá nunca se dieron cuenta de que mis ojos estaban un poco hinchados.
Por la naturaleza de la vida siempre hay una primera vez.
Llegamos y divisamos unos grupos islas de gente que bailaba con diferentes músicas. Salimos en busca de dos compañeros y nos introdujimos un poco. Dentro de bailes y gritos se escuchó un “¡vamos a La Moneda!”. La masa comenzó a moverse y llegando al palacio de gobierno aparecen chorros de agua, eran los queridos guanacos. Estaban a cierta distancia de nosotros y solo retrocedimos unos cinco o tal vez diez metro. Hasta que de repente alguien grita…. “¡¡¡¡¡¡lacrimógenas!!!!!!!”. No se cómo, porque inteligentemente iba con hawaianas, comencé a correr…comenzamos a correr, y nos metimos por unas calles chicas mientras empezábamos a sentir algunos efectos como la picazón en la garganta y en los ojos, las lágrimas y la caída de moscos. Como buena inexperta y primeriza (para no decir idiota) yo me rascaba los ojos hasta que mi gran amiga Patito de ule me dice que eso no se hace (después de unos dos minutos, ustedes entenderán que ya era un poco tarde). En fin, los efectos comenzaron a pasar y fuimos tranquilamente caminando hasta Plaza Italia.
Volví a casa sana y salva, un poco tarde sí, pero papá y mamá nunca se dieron cuenta de que mis ojos estaban un poco hinchados.
Por la naturaleza de la vida siempre hay una primera vez.
Para otra ocasión llevaré limones...jejejejejejejeje
8.12.06
Tu hermoso rostro se aleja de su aposento. Gira ciento ochenta grados y de su espalda saca el brazo que gracias a un torque generará un movimiento de rotación que levanta una tapa y, gracias a la fuerza de gravedad y uno gritos de Björk, hacen que el agua corra y que, dependiendo del hemiferio donde estés ubicado, será el lado para el que girará. Espero que se haya despedido, pues su rostro nunca más verá esa agua, ya que el agua nunca es la misma, porque la corriente del río la va cambiando constantemente.
La verdad es que es tarde, la Sara se queda dormida al lado mio.