alistarse, listos...ya!!!!!: 04.07

26.4.07

Analisis de productos

Esto parece una tienda donde se puede elegir a conveniencia, pero mejor e esperar más para ver que viene en la otra temporada.

Rompe tu cabeza. Cuando la abras saca lo que te molesta. Toma una aguja y un hilo y empieza a coser bien fuerte. El recuerdo desapareció de arriba y abajo. Estás dejando que yo desaparezca.

Suave y fuertemente escucha el grito que te está llamando…. No lo escuches. ¿Confunde? ¿Volverás a abrirte la cabeza? Agárrate la cabeza, no creas que enloqueces, cálmate. Mejor espera a la próxima temporada.

16.4.07

Burbuja personal

Caminé al lado de esa línea amarilla, me desplacé hacia la izquierda. Perdí el equilibrio, traté de agarrarme de algo, pero no encontré nada. Miré para poner los pies en la parte que yo pensaba que era menos peligrosa. Pude controlar mi cuerpo y caer de pie en el cemento. Se acerca un señor con uniforme amarrillo y empieza a mover algo para tratar de sacarme. Me pide que tenga cuidado en no doblar los dedos y me pone un especie de guante metálico. En ese momento pasó algo muy rápido por el lado mío y tuvo que correrse, con un movimiento brusco, para no aplastarme. Logré salir de ese hoyo. Nadie, de los ahí presentes, se enteró de lo ocurrido.

Cuando estaba donde debería haber estado siempre, una señora me dijo “bebe a bordo”. Yo ya me había dado cuenta y le pregunté si quería sentarse. No, ella solo quería que la gente tuviera cuidado con su barriga. Entendí toda su preocupación. El resto estaba abstraído del entorno. Logré poner mi mano entre un señor y ella, apoyándome en la puerta. Salimos y tratando de ayudarla nos despedimos. La busqué y la vi, pero nunca supe sí logró sentarse.

Después de un descanso tuve que volver. Pensé que sería peor, pero todo estaba bien. No había que cantar victoria tan rápido. Bajando, vi a una señora mirando hacia abajo con las manos aleteando tratando de buscar un apoyo. Tal como yo lo hice antes de caer. Ella también daba manotazos al aire, y yo no quería que se cayera. Le pregunté si se sentía bien y no fue capaz de responderme. Seguía con la mirada en sus pies, pero se esforzaba para verme o decirme que no, que se sentía mal y que no lograba bajar por sí sola. Le agarré el brazo y sentí su falta de fuerza. Tuve que agarrarla poniendo mi otro brazo dando una vuelta por su espalda. Traté de contenerla, le pedí incluso ayuda a un señor que miró con total indiferencia. Lo logramos. Pudimos llegar y por fin pude verle la cara. Mostraba una debilidad increíble. Yo ya no podía hacer nada más por ella. Le pregunté como estaba, le dije que se quedara ahí y que tomara aire. La gente me empujaba y tuve que moverme. Me quedé tranquila porque se acercó un él a ayudarla y parecía que algo entendía.

15.4.07

Conciente/Inconciente

El inconciente ya llegó al conciente y no deja de perseguirlo. Todos los días aparece eso que le hace tener tantas preguntas. Trata de contenerlo, de dejar de pensar por un segundo y no puede. Si no mantiene su cabeza ocupada en otra cosa, aparece y aparece, sin compasión de desordenar todo lo que alguna vez se imaginó, pero que nunca quiso, ni quiere ahora, aceptar. Le produce curiosidad el pensar qué haría en esa situación, pero no quiere sugestionarse y dejar que las cosas pasen sólo por “probar”.

El pobre inconciente, o tal vez el conciente no aceptado, perdió la batalla. Existió ese momento en que todo se ordenó. Se llegó a la conclusión de que sí tuvo cierto grado de verdad y que de la confusión pudo haber existido lo tan curioso si no se hubiera pensado tanto. Pero ya él lo había superado.

10.4.07

Mareo

Muchos puntos. Fijo la vista y me mareo. Escucho cosas que no logro descifrar. Zapatillas se mueven a mi lado. Una mano hace señales. Detrás de unos anteojos, unos ojos saltones fijan la mirada en mí. Agacho la cabeza intentado escapar. Ya no me miran, pero llegará un momento en que tendré que afrontarlos y mirarlos fijamente. Mueve la boca modulando y queriendo decirme algo, pero no lo entiendo

1.4.07

Cada vez que alguien mira algo extraño y queda anonadado, hay algo, en esa cosa, que empieza a ser más familiar. Era una cosa naranja con un pequeño toque azul. Observé tratando de pasar desapercibida. Me duró poco. Traté de acercarme tímidamente. Escuché algo que me sorprendió. No supe que hacer, salí corriendo, pero no quería alejarme. Cada vez estaba un poco más cerca y no pude más. Choqué sin querer. No fue un golpe fuerte, pero sí me dio miedo, nervio y esa sensación en la guata de estar haciendo algo que superficialmente uno no quiere, pero que en realidad dentro de uno sí, y que está obligado a hacer. El final de la historia es incierto, pero malo de seguro no es.