El martes fui al cementerio general. No iba hace años, calculando y mintiendo un poco serán unos diez años… tal vez un poco más. Y fui por varias razones:
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- Hace tiempo tenía ganas de volver y darme cuenta si realmente las cosas eran como yo las veía cuando era chica.
- A pesar de que no me gusta el concepto de cementerio bajo casi ningún punto de vista, me gusta ver lo humano que son, porque claramente son humanos, pero me refiero al apego a la tierra que tiene el mundo o al extraño -para mi- fenómeno que vemos cuando alguien muere en los “seres queridos” que quedan acá.
- Tenía ganas de sacar fotos a lo referido en el punto anterior.
Después de un pequeño paseo por San Diego partí al cementerio, pero iba con gente sumada a la expedición. Se sumó
El cementerio es raro… (trataré de expresarme mejor).
- El cementerio da para juegos, hay personajes con historia, hay construcciones realmente lindas y otras realmente feas, hay idiosincrasia, es un “mundo”.
- Tiene un olor a flores podridas puestas en agua podrida mezclado con el clásico olor a flor agradable para la mayoría. El aire es denso, extraño. Me dolía al cabeza igual como cuando era chica. Yo pensé que era la sugestión de la infancia, pero después de comentarlo con mi hermana me di cuenta de que quizás no lo era. No sé si a todo el mundo le pasará, pero hay una sensación física no del todo agradable que no sé como describir. Mi hermana también se sintió mal, andaba con un humor terrible y se fue antes que yo. Conclusión, el recuerdo que tenía no estaba distorsionado con los años y no eran sugestiones.
- Es increíble como las tumbas muestran el tipo de gente que estaba alrededor de la persona enterrada ahí. Hay unas que son casi monumentos realmente lindas, otras adornadas de la forma más kitch posible con más cosas no poder, otras abandonadas. Se percibe fácilmente la situación económica de las familias porque están separadas por sector (¡hasta en las tumbas!).
Fuimos en busca de personajes. Encontramos a Allende que tiene una gran construcción. A Gladis Marín que está al lado, a muchos presidentes, a Violeta Parra. Incluso descubrimos que el patio 29 no es realmente el patio 29. El cementerio está separado por patios que son “cuadras”. Nosotros buscamos el patio 29 donde están los detenidos desaparecidos, pero sólo encontramos a más personajes. Fuimos a buscar ayuda y descubrimos que el patio 29 realmente es el patio 162 del cementerio. Si alguien sabe la razón de por qué se nombra patio 29 por favor que me lo haga saber. Bueno el “patio
Bueno, me parece que la visita cumplió con los objetivos del principio. Quedé cansadísima de caminar tanto y más con esa sensación extraña, pero fue bueno para pasar horas de vacaciones.