alistarse, listos...ya!!!!!: 08.09

27.8.09

18.8.09

Nadando en la lluvia

El día empezó muy temprano. El primer contacto con el agua fue muy agradable. Salir de mi casa y que no hiciera frío. Pero iba atrasada y rogaba para que no se me pasara la micro. Llegué al paradero y la D11 estaba ahí, esperándome, pero había una posa gigante que tenía que saltar para poder subirme a ella. Salté como una gacela y lo logré!, primera prueba superada.

Cuando tuve que hacer “combinación” de micro, la 501 se demoró más de lo previsto y ya iba atrasada para mi clase de inglés (a al cual sólo dejan entrar hasta 5-10 min. tarde). Y si, finalmente llegué atrasada 20 min! Abrí la puerta de la sala y, con la mejor cara de perro mojado, entré. El profesor dijo “está bien, entra, pero sólo porque está lloviendo, pero antes anda a sacudir tu paragua”. Yuuujjjuuiii, lo logré!!!!! (Aunque el señor profesor no encontró nada más entretenido que preguntarme toda la clase).

Tuve todas las clases con suma normalidad, era un día como todos.

Cuando me devolvía en micro con myselff seguía lloviendo. Yo le pasé mi paragua porque la longui andaba con bronquitis y así, sin nada por al vida. Pero la lluvia, cuando me bajé de la micro, ya estaba más suave y eso no fue problema, el problema apareció cuando intenté cruzar en Plaza Egaña. Posas, lagunas y más posas. Eso fue lo que encontré y pensé… bueno, ya estoy mojada y ahora llego a mi casa y plash!, una zapatilla a la posa, cinco pasos y la gente esperaba y miraba que hacer y yo plash! plash!, ambas zapatillas a una laguna, después de nadar logré salir al próximo paradero y las zapatillas ya no servían de nada. Tenía un iceberg en cada pie.

8.8.09

Estaba ahí, en su camarín. Frente a ese espejo rodeado de luces se maquilla. Se pone sus pestañas postizas y se pinta las uñas. Está con su bata que cubre esa vestimenta que poco durará. Está nerviosa, pero no por su show que ya se sabe de memoria, si no por él. Le dijo que no iría más a verla, pero ella sabe que llegará, pedirá una cerveza, le pondrá un billete de cinco mil pesos en el elástico que no intenta tapar nada, le dirá eso que ella odia al oído y ella se verá obligada a bailarle por un rato. Él intentará sobrepasarse después de haberse tomado su cuarta cerveza y ella no podrá hacer mucho más. Al terminar saldrá con su mejor cara directo a la ducha para que nadie se de cuenta. Esperará que le paguen lo acordado –si es que no es menos- y cuando reciba el dinero, saldrá por la puerta de atrás prendiendo un cigarrillo para calmar el pulso. Ella estará esperándola como todos los días.

Diplomacia

Cuando abrí la ventana de la pecera y entró la corriente de aire las cosas empezaron a funcionar, el computador se prendió y las luces se apagaron dejando que el sol iluminara.

Entró y la conversación diplomática que se formó duro un par de minutos y se fue. No habían ganas de conversar o quizás era una resistencia a volver a reirse de las cosas más inusuales, no habían ganas de volver en ningún caso a algo similar a lo que hace un tiempo fue importante.

Es una decisión, sólo eso. Y una decisión personal.